Desde 1972 vengo construyendo instrumentos, la mayoría de ellos tienen que ver con la música folclórica andina como Charangos, guitarras, mandolinas, etc. La causa de esta dedicación, la tuvo una flauta de caña de bambú (Quena), que emitía una hermosa música procedente de los lejanos Andes de sudamérica. En esa época la música folk estaba en pleno auge y propagación por toda Europa y fue sorprendente y hermoso descubrir el sonido de otros instrumentos, asi como otros estilos de música del mundo. Todo aquello me apasionó y aún sigue cautivándome.
A partir de esa época no he dejado de inspirarme en esas raices folclóricas que me han conducido a la fabricación de diferentes instrumentos musicales.
El primer instrumento fue un charango.
Queriendo aprender este oficio busqué a un luthier que quisiera enseñarme: !tiempo perdido ¡. Yo era demasiado mayor (30 años); y es como autodidacta como yo he seguido el camino.
Más tarde, tres luthieres me han guiado en mi permanente investigación:
Actualmente, ya disfrutando de mi jubilación, continúo fabricando por placer, y no dudo en aconsejar y animar a todos los que quieren lanzarse al mundo apasionante de la luthería, a la vez de mostrar y comentar como se construye un instrumento músical.
Además soy igualmente músico y he participado en varias experiencias musicales en el seno de grupos o en el acompañamiento de coros. Uno de mis mejores recuerdos fueron las jornadas con el Bouzouki en el conocido Canto General de Mikis Theodorakis y Pablo Neruda.
A partir de esa época no he dejado de inspirarme en esas raices folclóricas que me han conducido a la fabricación de diferentes instrumentos musicales.
El primer instrumento fue un charango.
Queriendo aprender este oficio busqué a un luthier que quisiera enseñarme: !tiempo perdido ¡. Yo era demasiado mayor (30 años); y es como autodidacta como yo he seguido el camino.
Más tarde, tres luthieres me han guiado en mi permanente investigación:
- Joel Mentec de Firminy
- François Curty de Avignon
- Christian Rault de Niort
Actualmente, ya disfrutando de mi jubilación, continúo fabricando por placer, y no dudo en aconsejar y animar a todos los que quieren lanzarse al mundo apasionante de la luthería, a la vez de mostrar y comentar como se construye un instrumento músical.
Además soy igualmente músico y he participado en varias experiencias musicales en el seno de grupos o en el acompañamiento de coros. Uno de mis mejores recuerdos fueron las jornadas con el Bouzouki en el conocido Canto General de Mikis Theodorakis y Pablo Neruda.
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